sábado, 11 de julio de 2015

Estetica, arte, literatura y política proletaria




ESTETICA, ARTE, LITERATURA Y POLITICA PROLETARIA
 

I

Los valores estéticos predominantes en el mundo capitalista e imperialista corresponden a este sistema por ahora dominante.
La actividad fundamental que en el plano artístico y/o literario se realiza en el mundo capitalista es valorada con la visión de la estética burguesa cuyo arquetipo es el individualismo que predomina sobre el valor colectivo de la estética proletaria, y sobre cualquier otro valor estético patriótico, progresista y democrático; el individualismo responde a la concepción según la cual, “el mundo” gira en torno del ejecutivo, del trust, del monopolio, lleve el nombre de Bill Gates, de Rockefeller, de un jeque de Arabia Saudita o de cualquier otro multimillonario de Japón, Alemania, China imperialista u otra de las grandes potencias imperialistas cuyos rostros representan al capital financiero internacional.
Con este arquetipo estético burgués se reproducen en forma inconmensurable los prototipos y estereotipos del arte burgués-imperialista en las diversas formas del arte espectáculo de masas o del arte de elite: música, teatro, escultura, pintura, cine, televisión, modas, etcétera, de manera increíblemente, acelerada y <globalizada> apoyándose en los medios de comunicación del imperialismo y las oligarquías y en los formidables inventos de la revolución científica y tecnológica: laptops, celulares <inteligentes> de alta sofisticación, Iphones, Ipads y Ipods, Tablets, etcétera, que logran una altísima cobertura al ser introducidos en el mundo y particularmente en los países dependientes del imperialismo a través de Internet.
Los medios de comunicación masivos: La televisión, el TV Cable y el cine con su tecnología de punta y efectos especiales han logrado imprimir entre la niñez, la juventud y los pueblos, la cultura mercantil del consumismo, de la compra venta del arte que ha convertido a éste, como en ningún otro período histórico; en esta época del imperialismo y la revolución social del proletariado, en una mercancía más que envuelve, domina, subordina el arte a los intereses expansionistas y depredadores del imperialismo a través de las “Industrias Culturales”; intereses hacia los cuales se subordinan las oligarquías y sus gobiernos títeres –incluidos algunos de aquellos “progresistas”- que abren las puertas a la penetración de la cultura extranjera imperialista, a los estereotipos de la agresión cultural extranjera que van desde la estúpida proliferación de “superhéroes” incluidos los “Transformers”, la renovación de la serie “La Guerra de las Galaxias” con fines mercantilistas; la vasta trama de la violencia individualista que deforma la historia, que, a través de innumerables “series” que manipulan la estética mitológica burguesa donde los “héroes” inapelablemente, sutilmente, son los individuos, los reyes y reinas, las personalidades que “encauzan”, de conformidad con su visión e intereses, los rumbos de la historia como en “Juego de Tronos” de HBO y “Marco Polo” de Netflix, o la relevación de la figura de Mao Tse Tung manejada en forma político-mercantilista por el Estado social imperialista-revisionista de China, producida por la multinacional “China Fil Group”; o la película “Dragón Blade” que se incorpora a la producción mundial mercantilista medida por los cientos de millones de dólares, euros o yuanes logrados al ser lanzadas al mercado del cine espectáculo controlado por las multinacionales del cine; agresivas y monumentales producciones que, desde el llamado “Séptimo Arte” -el cine-, alienan a las masas y las desvían del rumbo de su emancipación.
II

Artísticamente envuelto en la arquitectura del rascacielos de concreto, acero y vidrio destellantes que flota esplendoroso sobre las brumas de Londres, New York, Paris o cualquier otra ciudad de los grandes países imperialistas de Rusia, Japón o China las “Catedrales de Luz” se enlazan con las antiguas arquitecturas del período feudal: el barroco, el gótico y otras de sus formas artísticas arquitectónicas predominando la arquitectura moderna y postmoderna sobre las del período feudal imbricada a la monumental arquitectura antigua del período esclavista: Las Pirámides de Egipto, la Ciudad Prohibida y la Gran Muralla en China, etcétera, que muestran la fusión del esplendor progresista de los diversos períodos históricos que ha recorrido la humanidad, caracterizados, sin embargo del papel jugado por arquitectos, artistas, ingenieros, etcétera, por haber surgido de los pulmones, la sangre y el cerebro de los pueblos, de los de abajo, de los oprimidos, cuyas fuerzas físicas y mentales ineludiblemente se emplearon para levantar tales maravillas arquitectónicas.
El arte moderno y postmoderno burgués e imperialista que se asienta en ese pasado progresista y a la vez inhumano se extiende a todas las formas del arte: pintura, música, literatura, teatro, cine, televisión, etcétera, e inclusive, aquellas formas y contenidos democráticos, progresistas y hasta los populares como el jazz y el blue, como la pintura realista y el cine crítico, como la literatura cuestionadora del sistema capitalista las absorbe en “demostración” de su “amplitud democrática”, siempre y cuando no afecte sus intereses como clase dominante opresora y explotadora; de lo contrario las aplasta, las envía a la parte trasera de la historia progresista, democrática y revolucionaria del arte y la literatura creados por la humanidad. Las niega y oculta.
Las “Catedrales de Luz” son llamadas así por los apologistas de esta forma arquitectónica del arte imperialista bajo cuyos destellos durante el día y bajo cuyos descollantes perfiles durante la noche se destaca el mundo de las mercancías que flota iridiscente, mágico, subyugante ante los ojos de quienes pasan frente a sus lujosas vitrinas: Avenidas iluminado por el proliferar de gigantescos, luminosos letreros de neón hiperbolizados por la “belleza” de “l@s tops models” que las exhiben en mallas, gigantografías y otros recursos publicitarios donde la promoción para la venta se imbrica con las artes elevadas a tal dimensión publicitaria por las <Industrias Culturales> a través de las cuales se promueve la venta de aquella interminable gama de productos del mundo capitalista que muestran el desorbitante esplendor que esta cultura burguesa irradia y se introduce en todos los poros de la sociedad creando la inconsciencia de la sociedad mercantilista que pregona exultante, abiertamente, que vive para acumular riqueza en las manos de una minoría: los dueños de los medios de producción, los capitalistas e imperialistas.
Tras ese espectáculo que aflora en las avenidas de las grandes ciudades capitalistas e imperialistas que se encumbran con sus edificios y rascan los cielos se oculta el mundo de quienes las fabrican; de quienes construyen con sus manos las mercaderías: Desde un automóvil “Rolls Royce” o “Mercedes Benz”, un reloj “Pathek Philipe” o la interminable gama de electrodomésticos, vestidos, celulares, etcétera: Los obreros y obreras especializados y no especializados: la talentosa y esforzada clase obrera que deja lustrosas y sobre todo útiles las mercaderías que salen a exhibirse en la interminable cadena de promoción y venta de aquellas sucintamente recreada.

III

Más he aquí que tanta riqueza, tanta producción, fastuosidad y lujo de pronto se estanca. De pronto, el mundo capitalista e imperialista estalla en mil pedazos en Estados Unidos, Francia, España, Portugal, en Grecia y como algo increíble que llena de pavor a los dueños de ese mundo ilusorio de las mercancías, también se levantan airados, irrefrenables, los pueblos de Túnez, de Egipto, de Libia, de Yemen, reclamando como lo hizo aquel profesional egipcio: <¡Gano 70 euros al mes y pago 60 euros de alquiler! ¿Con que dinero doy de comer a mi mujer y a mis hijos?>
Tanta mercadería y el dinero, no alcanza a quienes las producen ni para comprar el pan y pagar el arriendo. El clamor de los trabajadores y los pueblos explota.
Estalla la crisis de superproducción que Marx señalaba era consecuencia inevitable de la acumulación de riqueza en manos de un puñado de capitalistas y la acumulación de hambre, pobreza y miseria en los pulmones y estómagos de la amplia mayoría, precisamente de aquellos que producen esas mercaderías: Las crisis cíclicas que en el “Manifiesto Comunista” Marx y Engels destacaban era el inevitable resultado adonde conduce una sociedad injusta e inhumana refiriéndose al capitalismo como “un mago infernal que no puede controlar sus conjuros”.
Este mundo contemporáneo donde las ciudades modernas y postmodernas se esfuman tras los pincelazos y borrones abstractos pictóricos –que ejercieron un papel dominante tras la Segunda Guerra Mundial a través de los pintores expresionistas abstractos como Dobliev, De Kooning, Pollock, -éste último comprado por la CIA- sirve para ocultar detrás de sus borrones anti realistas la fastuosidad y el poderío que ejercen sobre las clases trabajadoras de la ciudad y del campo los banqueros y empresarios quienes fusionados en el capital financiero controlan la producción capitalista monopólica que es sostenida por las espaldas, músculos, sudor, sangre y cerebro de las clases trabajadoras.
Esta clase todopoderosa que en el siglo veinte y veintiuno se ha enriquecido y vuelto más fuerte con las megafusiones controla las manifestaciones del arte y maneja a los grandes monopolios de la industria del espectáculo masivo como la Sony Music, la Wagner, la 20th Century Fox, Universal  y otras que se enlazan con las grandes cadenas televisivas y los medios imponiendo de manera apabullante el modelo, el arquetipo del individualismo.
En estas formas del “arte masificado” desaparecen las oscuras figuras del obrero y la obrera fabriles, de los asalariados agrícolas y se oculta el desempleo que genera la anarquía en la producción capitalista cuyo efecto inmediato es la pobreza y miseria sobre los pueblos.
En este mundo de la concentración de la riqueza en pocas manos los pueblos son ocultados por el arte burgués.
Sin embargo aparecen en los canales de la CNN, de la CBS como “noticias objetivas” que “sorprenden al mundo” y que, a través de determinados “organismos humanitarios” asistencialistas que “organiza” el mismo imperialismo -como UNICEF-, se cacarea sobre el hambre y la desnutrición de los niños acusando a la “humanidad” de esta “paradójica situación” pero ocultando la híper acumulación de capital que llevan a cabo los grandes monopolios.
Los verdaderos productores de la riqueza, los trabajadores, son relativamente invisibles en el sistema capitalista.
El arte que forjan los poderosos dueños del capital, de los medios de producción y cambio, es para embellecer su sistema capitalista presentándolo como el sumun de las maravillas que se exhiben en los grandes y lujosos “Malls” y Centros de Venta de las mercaderías: automóviles de lujo, collares y relojes de marca, ropa lujosa que brota entre las escaleras de fantasía enloqueciendo a millones de personas, la mayoría imposibilitadas de comprar laptops, grabadoras, cámaras de filmación, enormes televisores plasmas, celulares inteligentes, Tablets, en fin, un mundo de sueños inalcanzables alimentados por fotografías gigantes, cuadros, pantallas líquidas, los últimos videos de los artistas del espectáculo en sus diversos ritmos: rap, reagueton, rock metálico, pop, salsa, vallenato, cumbia, donde lucen sus formas eróticas mujeres y hombres jóvenes que alimentan la “belleza” del mundo de las mercaderías donde se oculta sutilmente quienes las fabricaron.
El capitalismo jamás puede reflejar la verdad de quienes son los que trabajan y hacen producir todas las mercaderías existentes: la clase obrera. Los explotadores de la fuerza de trabajo no pueden develar este fenómeno en su verdadera y profunda realidad.
El papel de los forjadores de la riqueza social: los trabajadores y los pueblos no aflora en las esferas del mundo capitalista.
Este fenómeno del ocultamiento de la verdad es el que aflora en las artes y literaturas predominantes de este sistema injusto.
Este no es un reclamo “owenista”, utópico. Es natural que quienes ejercen el poder político y tienen en sus manos los medios de producción a través de los cuales explotan y someten a la opresión política y espiritual a los trabajadores, oculten y/o mediaticen el papel de los verdaderos productores de la riqueza: Los trabajadores de las fábricas, los campesinos y asalariados agrícolas, quienes, por esta visión estética burguesa son mimetizados y ocultados en todas las esferas del arte por el gran capital y particularmente por las grandes empresas que monopolizan el espectáculo artístico masivo con excepciones relativas artísticas y literarias que luchan contra la hegemonía del <arte> burgués.
IV

Esto ocurre aún a pesar de que en los momentos presentes una profunda crisis cíclica azota y da ramalazos al mundo capitalista; crisis cíclica que afloró en los Estados Unidos y se ha extendido a Europa adquiriendo en Grecia, Portugal y España estallidos que muestran las entrañas debilitadas del mundo capitalista.
Son los resultados de esta crisis cíclica que han llevado a la palestra de la vida política a quienes producen la riqueza social: los trabajadores y los pueblos quienes enarbolando los puños contra el capital financiero y las medidas ejecutadas por sus gobiernos que descargan esta crisis sobre sus espaldas muestran de cuerpo entero la crisis y descomposición de este sistema capitalista.
Con plena conciencia de que la clase obrera y los pueblos que se levantan no deben de ser mostrados en el ejercicio de su papel protagónico el imperialismo oculta, deforma o brinda una mirada unilateral en las esferas del arte y la literatura hacia estos acontecimientos para impedir que sean reflejados de manera fehaciente, cruda.
V

El mundo de la moda femenina y masculina, por ejemplo, recuerda aquel cuadro pincelado por Jhon Reed durante la Revolución Socialista de Octubre: En algunos salones de la vieja Rusia Zarista, como si no estuviese ocurriendo ese fenómeno que trascendió en la historia mundial las parejas pequeño burguesas bailaban, tomaban té o licor desentendidas del profundo remecer que en Octubre de 1917 estallaba.
En el “mundo de la moda” ocurre algo similar: Los “especialistas de la moda chic” se encargan de vestir a las clases que a pesar de la crisis se esfuerzan por mantenerse en ese mundo imaginario donde “la belleza” burguesa supervive y los overoles, los cascos, el trajín que se tizna de hollín en la fábrica y el campo no aparece en las pasarelas cruzadas eróticamente por las -y los- model@s que muestran los últimos diseños de las prestigiadas casas comerciales de marca: De Gucci, Ives Saint Lorent, etcétera.
Otra de las esferas del arte burgués lo dominan las grandes empresas del espectáculo comercial de masas que explotan las cualidades artísticas con personalidades como Jennifer López, Mark Anthony, Juanes, Beyoncé, Britney Spears, Madonna, Shakira, Lady Gaga, mostrando, con reluciente erotismo espectáculos que enardecen a las multitudes de “fans”.
Una muestra de ello es que la canción ícono del último Mundial de Futbol donde participaron una variedad de artistas pero a cuyo centro se ubicó a esa cantante colombiana del espectáculo artístico de masas, Shakira, aún repiquetea en los oídos de quienes vimos otro escenario del arquetipo del arte individualista: Al jugador multimillonario que hace encandilar el espectáculo  que llena estadios y hace pegar las narices y los ojos de los espectadores a las pantallas líquidas de los gigantes televisores “Plasma” en donde somos atrapados por el arte del manejo de la redonda de Messy, Cristiano Ronaldo u otra estrella del capital financiero mundial que maneja la orquesta financiera de la FIFA.
VI

La concepción estética que predomina en el mundo capitalista es regodeada regularmente con los tradicionales “comics” llevados al cine: Superman, Batman y otros como <El Hombre Araña>, Capitán América, los X- Men, “Los Fantásticos”, los “Transformers”, etcétera, surgidos de la imaginación mercantilista burguesa que produce miles de millones de dólares, euros y yuanes a sus creadores y productores a través de los cuales predomina el arquetipo del individualismo en base de cuyos estereotipos se  deforma la mente de la juventud, la niñez y los pueblos del mundo.
Para los asiduos al espectáculo que cargado de colores rutilante asombra ojos y retinas en las pantallas líquidas la crisis del mundo capitalista que envuelve a los trabajadores y los pueblos, es –como las guerras de Irak, de Afganistán, de Medio Oriente y Colombia- un fogonazo que distrae de “la belleza”  que les brindan los dueños del omnipotente capital que maneja el espectáculo masivo, multicolor, que aliena a las masas y que enriquece a los grandes monopolios diversivos; que atrae como miel a las moscas de los espectadores; aquí cabe destacar otra de las esferas del masivo arte espectáculo: las modernas pantallas de los centros del espectáculo del cine marketing que concentra a las juventudes y las atrapa en las redes de sus famosas “zagas” del cine comercial alienante como ocurre con “Crepúsculo” cuyos “héroes” son vampiros -o lobos- y muchachas hermosas dispuestas a darlo “todo” para convertirse en unos u otros; zaga que ha vuelto millonarios a aquellos actores jóvenes promotores del individualismo, la ausencia de trabajo productivo y la alienación más aberrante de carácter erótico que atrae  a la juventud de las capas altas, media y baja; lo propio ha ocurrido con la saga de Harry Potter que ha hecho multimillonarios a la escritora, a los productores y a los niños que se han hecho jóvenes durante los años que han durado aquellas producciones llevadas al cine. Y así por el estilo.
Toda otra visión que se contraponga a este arquetipo y a sus prototipos –los héroes- brotados del mismo donde se idealiza al individualismo como concepción del mundo no es considerada “bella”; no entra en el rango de la “estética” predominante del sistema capitalista-imperialista mundial; esta visión estética burguesa- individualista se riega por los países dependientes y adopta sus propias formas y expresiones, como ocurre con la zaga del narcotráfico proveniente de las telenovelas colombianas del estilo de “ Sin Tetas no hay Paraíso”, “Rosario Tijeras”, el “Cartel de los Sapos”, “El Capo”; o en programas que elevan a condición de “arte” el lenguaje y los prototipos del lumpen en el Ecuador como ocurre con el Programa “Vivos” y “La Familia Feliz” donde prototipos como “La Mofle”, “El Panzón” -quien trabaja en una empresa que no produce nada-, y “Rayo Vac” la sirvienta erótica.
La situación alcanza proporciones notorias, cuando y a nombre de esta concepción estética predominante se califican de “populares” diversas expresiones artísticas que contribuyen a condimentar esta confusión reinante donde desaparece o se difumina cualquier otra expresión estética que no se subordine a estos cánones que impone en diverso grado el imperialismo y la burguesía cuyo propósito es ocultar dentro de este marasmo artístico dominado por los grandes monopolios del espectáculo artístico de masas las causas y causantes de la crisis del mundo capitalista.

LAS DIVERSAS EXPRESIONES ARTISTICAS Y LITERARIAS FOLCLORICAS, LOCALES, REGIONALES, ORIGINARIAS DE LOS PUEBLOS, RESISTEN ESTA OFENSIVA Y DEBEN ENHEBRARSE CON EL ARTE Y LA LITERATURA QUE CONFRONTA CONSCIENTEMENTE AL ARTE BURGUES

El imperialismo y la burguesía, la intelectualidad que copula y medra de los enormes recursos que le rinde la praxis de esta visión estética, muy a pesar de sus esfuerzos se confronta en la vida con diversas expresiones artísticas que hacen resistencia a la cultura artística dominante: El folklore y las diversas expresiones locales y regionales de las culturas étnicas practicadas por los pueblos mestizo, indígenas y negro del Pacifico, del Caribe y del mundo: La belleza natural que dimana de sus ritmos, bailes, vestimentas, imaginarios, mitos, leyendas, cuentos, etcétera, siempre han sido una barrera natural que cierra el paso a la penetración cultural extranjera y criolla dominantes en el mundo capitalista; todo ello porque y a pesar de las multimillonarias inversiones capitalistas e imperialistas aquel arte y aquella literatura burguesas pese a su capacidad de penetración espiritual, chocan con la vida, con las condiciones de desempleo, hambre, desnutrición, miseria y opresión que los trabajadores y pueblos soportan sobre sus espaldas frente a los cuales se desarrolla el descontento que estalla en una huelga, una toma de tierras, en los alzamientos parciales y generales de los pueblos, entre los cuales descuellan altas expresiones de la lucha del pueblo en armas como ocurre en Colombia, Filipinas, en la Franja de Gaza –Medio Oriente- con Hamas, en Afganistán e Irak, etcétera.

LA CONCEPCION MATERIALISTA DE LA BELLEZA Y EL ARQUETIPO ESTETICO DEL PROLETARIADO

El período en que se gesta la Primera Guerra Mundial precedido por diversas acciones que presagiaban lo que el marxismo científicamente preveía en lontananza dentro de las cuales destaca con singular fisonomía el ensayo de La Comuna de Paris, -el “Asalto del Cielo” según metáfora de Marx-; de donde surge el Himno de la Internacional Comunista creado por Eugenio Pottier se traduce en su más alta expresión en la Revolución Socialista de Octubre dirigida por el Partido Comunista (b) liderado por Lenin y Stalin.
Ya por aquellos años de la época del imperialismo y la revolución proletaria, se cuece una concepción estética que se desarrolla en base de los parámetros que a lo largo de la historia venían construyendo los filósofos materialistas debido a que las diversas formas del movimiento eterno de la materia genera sobre la vista y los sentidos, movimiento que llega al cerebro humano provocando en éste estupefacción y asombro.
Los filósofos materialistas como Aristóteles prestaron una particular atención a esta expresión especial del movimiento de la materia que estallaba frente a sus sentidos y que provocaba estupefacción en sus cerebros.
Esto determinó que aquel fenómeno propio de la materia los llevara a pensar en él y darle una connotación. A esta cualidad del movimiento de la materia le dieron la calificación de “belleza” la misma que se desprende de las múltiples formas del movimiento de la materia: luz, sonido, calor, electricidad, combinaciones físicas y químicas así como, con posterioridad a la formación de la albumina y la célula, se desarrolla el movimiento orgánico.
La <belleza> es una cualidad intrínseca de la materia en movimiento y transformación perpetua, cualidad que se expresa por extensión, tras el desarrollo de la materia en formas más complejas: El movimiento orgánico de la materia que alcanza su más alto grado en la forja del cerebro y del pensamiento humano el mismo que refleja ese movimiento en su cerebro tras captarlo a través de los sentidos; movimiento de la materia que se expresa en un grado superior  en el movimiento social;  belleza que provocó inevitables destellos mentales en la conciencia de los pensadores más avanzados de todos aquellos periodos particularmente para su tiempo y circunstancias en la mente de los materialistas del siglo XVIII ligados al fenómeno artístico y literario del Renacimiento destacado por Federico Engels.
De esta apreciación materialista de la belleza que se refleja en el cerebro humano y dando saltos en el desarrollo de la misma, tras afirmarse la ciencia del marxismo –y del leninismo- en la historia que construye la verdad científica; en el curso del desarrollo de la filosofía materialista que alcanza con el materialismo dialéctico un nivel científico que aplicado a la historia de las sociedades humanas se conoce como materialismo histórico, ciencia que estudia el desarrollo de las sociedades humanas a la luz del principio de la lucha de clases y su devenir al socialismo el concepto científico- social de que “los pueblos hacen la historia” sienta las bases materiales para que en los terrenos del arte esta concepción se convierta en el paradigma, en el arquetipo del arte y la literatura proletaria y por extensión “popular”; arquetipo que genera sus prototipos que deben reflejarse en la obra de arte y/o literatura popular.
Este es el arquetipo del proletariado, basado en la ciencia del marxismo- leninismo en base del cual se construye la obra de arte y/o literaria en sus diversos géneros; arquetipo que genera los auténticos prototipos de las gestas histórico-sociales; los verdaderos y auténticos héroes, quienes, representando los intereses colectivos a su vez destacan y lideran las batallas liberadoras de clase. 
El arte y la literatura conscientes, proletarias, creadas en base de este arquetipo lideran al auténtico arte popular: A esta escuela pertenecen las creaciones de Bertold Breht que confrontaron a Hitler durante la Segunda Guerra Mundial; basados en este arquetipo leninista que Lenin resume en aquella metáfora: ”El Arte y la Literatura deben ser tuerca y tornillo del mecanismo general de la revolución”, construye su obra el intelectual Máximo Gorky, el gran poeta de la Revolución de Octubre Vladimir Mayacowsky; Miguel Hernández con su “Vientos del Pueblo”, y “Sentado sobre los Muertos”; Nazim Himmet, el extraordinario poeta turco; Los “Cinco como un Puño” –el grupo de Guayaquil”-; Rafael Larrea con “Nuestra es la Vida” y “Campanas de Bronce” solo para ubicar algunas perlas pues hay otras como la obra del cineasta Eisenstein: “El Acorazado Potemkim”, o la “Carretera Volokolamsk” de Alexander Beckt; “Así se templó el Acero” del héroe comunista “Nicolai Obstrovsky”, etcétera, que responden a este arquetipo de la belleza proletaria del cual emanan los prototipos, los héroes y las heroínas de los procesos revolucionarios.
Brecht destaca que siendo importante el folklore y sin dejar de ubicarlo –siempre puliendo, rescatando de éste lo auténticamente popular, lo que no está trasegado por la cultura dominante-, el calificativo de Arte Popular, durante el capitalismo, debe dárselo a aquel arte y/o literatura que golpea directamente a los responsables de la explotación y opresión sobre los pueblos, sobre la clase obrera.
Brecht actuó en consonancia con este enunciado en su obra poética y en sus obras teatrales al poner como blanco de sus creaciones al “Pintor de Brocha Gorda” calificativo con el cual identificaba a Hitler como representante del fascismo alemán.
Rafael Larrea, otro de nuestros estetas, recalcaba que debe valorarse, a cabalidad, el significado de “arte popular” relacionándolo con aquel que se levanta directamente a la ofensiva contra los opresores y explotadores de conformidad con las circunstancias históricas y políticas; por eso bajo su liderato el Grupo “Noviembre 15” construyó las canciones que exaltaron la epopeya de la lucha armada en Nicaragua, El Salvador, en Araguaya (Brasil) y el espíritu levantisco de los pueblos mestizo, indígenas y negro en las oleadas de canciones que imbricaron las culturas étnicas con la lucha de clases; en poesía uno de sus mejores logros es el poema épico “Campanas de Bronce”; en la cuentística de Alfonso Murriagui los prototipos son los hombres y mujeres nacidos de las entrañas populares; y otro aporte significativo dado en su momento y circunstancias es el de Alfonso Chávez; un estudio más profundo y pormenorizado sacaría a flote los aportes dados a la estética “popular” que se basan en la concepción estética proletaria que han enriquecido escritores como César Dávila Andrade, Jorge Carrera Andrade, Jorge Icaza, Nelson Estupiñan Bass, Adalberto Ortiz solo para mencionar algunos de los más destacados, desde luego extrayendo de cada cual lo mejor de su producción literaria; así mismo se deberá realizar un estudio más a fondo de las restantes expresiones del arte: pintura, escultura, danza, música, etcétera. Este trabajo no tiene esos alcances.
El propósito del mismo es poner en evidencia lo que es evidente pero que por ser evidente logra absorber y diluir en su telaraña a la concepción estética del proletariado de la cual dimanan conceptos como el de “arte popular”, creación o “aprehensión estética” como califica el esteta revolucionario proletario de origen albanés, Alfred Ucy, a la relación objeto-sujeto,  andarivel necesario para diferenciar el arte y la literatura conscientes de las diversas formas artísticas resultado de las creaciones espontáneas que llevan  a cabo los pueblos en los terrenos del arte y/o de la literatura.
Nos referimos a la relación entre la realidad en continuo movimiento y el artista o “creador”, sea este pintor, danzante, músico, poeta o escritor sin mencionar otras expresiones del arte.

LO “EVIDENTE” ANTE LOS OJOS DEL PUBLICO, OCULTA LA PERCEPCION ESTETICA QUE DEBE AFIRMARSE EN EL “OJO” DEL CREADOR “POPULAR”.

Lo “evidente”, en la actualidad, es aquello que predomina, que satura, que aplasta la concepción estética proletaria debido a su volumen, a la celeridad de su difusión, que ha llegado al extremo de considerar que “la estética es una mierda” y que “hablar de estética” es “distraer de una justa apreciación política proletaria a los artistas y escritores populares”.
Tal apreciación ligera, superficial, considera que “lo popular” solo proviene de las creaciones “folklóricas” o de las identidades locales, provinciales o regionales; de las diversas formas del arte que llevan a cabo, que practican en todas las latitudes los pueblos pertenecientes a diversas culturas étnicas, sean éstas indígenas, negra o mestiza.
Esta visión hace loas a algo que inevitablemente brota de manera espontánea de la vida, de la cultura de los pueblos, de sus entornos sociales, de sus lenguas e imaginarios; y que por desarrollarse bajo las circunstancias del predominio de las culturas dominantes en buena parte está trasegado por  elementos de aquellas culturas hegemónicas.
De allí que, restringir, subordinar “lo popular” a estas expresiones naturales, espontáneas, de la vida de los pueblos es reducir lo popular a lo  espontaneo en los terrenos del arte y la literatura. A la resistencia natural de los pueblos a la agresión cultural extranjera y criolla.
El arte y la literatura proletarios son por concepción, naturaleza y carácter, parte de la ofensiva general de la revolución y con esta concepción debemos influir en las manifestaciones provenientes de otras clases y capas sociales revolucionarias para que construyan expresiones artísticas y literarias que se sumen a la ofensiva general de las ideas revolucionarias que se imbrican con los combates y batallas liberadoras de los trabajadores y los pueblos.
La Estética proletaria con su arquetipo basado en la ciencia: “Los pueblos hacen la historia” del cual emanan los “prototipos” del arte proletario y popular, existe y se fortalece en la vida, durante los combates parciales y generales del proceso revolucionario.
Por ello es que la creación artística basada en la Estética marxista- leninista es un arma fundamental para la conciencia que los artistas y escritores populares deben tener para resistir, enfrentar y pasar a la ofensiva por medio del arte popular; para que enfrentemos el peso de la concepción Estética burguesa e imperialista predominante en el mundo capitalista.
Si nuestros artistas no están armados integralmente de nuestra teoría que es multilateral y que tiene su formidable acopio en la visión estética marxista- leninista pueden ser apabullados por la brutal ofensiva artística, cotidiana de la burguesía que introduce a través de todos los poros el arquetipo del individualismo.
Es obligación del partido comunista darle a conocer a los artistas populares la existencia del arquetipo y los prototipos que ha generado la Estética del proletariado para insuflar en ellos una mayor conciencia, un mayor ímpetu revolucionario a fin de que sus creaciones, sus obras de arte y/o literatura sean “parte del mecanismo general de la revolución”.
Es obligación de nuestro partido el trabajar con una concepción integral, multilateral, que atraiga con nuestra visión artística proletario a los artistas e intelectuales, pues el partido comunista es, tiene que ser vanguardia en todos los terrenos, incluidos los del arte y la literatura.

EL CREADOR, DEBE, BASANDOSE EN LA ESTETICA PROLETARIA, CAPTAR ARTISTICAMENTE LA REALIDAD SOCIAL Y POLITICA DESDE EL PRIMA DE LA LUCHA DE CLASES Y SU PROYECCION AL SOCIALISMO PARA CONSTRUIR LA OBRA DE ARTE  QUE EDUQUE POLITICAMENTE A LOS TRABAJADORES Y LOS PUEBLOS.

La creación “popular” tal como la conciben Bertold Breht y Rafael Larrea exige que, a la par que el artista y/o escritor militante, estén armados de la teoría general del marxismo- leninismo, de la Línea política del Partido, de las políticas que construyen el Buró, el Comité Central, los Comités Provinciales, las células, que son necesarias para la acción unitaria y consciente del proletariado en todos sus frentes de lucha; pero es necesario también que se pertreche del arsenal de uno de sus instrumentos de trabajo y lucha: La Estética proletaria, la concepción y praxis que para la construcción, para la creación, difusión y recreación del arte y la literatura populares, tiene el Partido del proletariado.
Esto significa que los artistas y escritores militantes tienen la necesidad de dotarse de este instrumento –no solo, ni únicamente, de la Estética marxista- leninista-, sino que, aherrojados con la ciencia de la revolución proletaria, hagan, hagamos acopio de este valioso instrumento que embellece y fortalece el trabajo de la creación artística y literaria, obligatorio para enfrentar la andanada anticomunista, particularmente las deformaciones que, a nombre del “socialismo del siglo XXI”, de la “revolución ciudadana”, del “país donde todos somos iguales”, y solo somos “diversos” como se pregona desde el Ministerio de Cultura difuminando la visión clasista de la cultura, lleva a cabo el gobierno populista, desarrollista y reformista de Correa.
Leer las obras de la literatura popular del mundo: a Jack London, a Gorky, a Mayacowsky, a Alexander Beckt, a Miguel Hernández, a Nazim Himeht, los cuentos, novelas y poesía de los escritores de la generación de los años 30, especialmente a Gallegos Lara y su novela proletaria: “Las Cruces Sobre el Agua”; la obra poética y literaria de Rafael Larrea, de Alfonso Murriagui, de Alfonso Chávez; recoger la obra de nuestros pintores como Alberto Carcelén y de otros artistas y escritores, así como la obra de arte y literatura progresista mundial: de Víctor Hugo, de Shakespeare, de Paganini, de Beethoven, del escritor Roa Bastos, de Arguedas, los elementos positivos de Neruda, de Eduardo Galeano, de Mario Benedetti, etcétera, enriquecen el morral tanto de los artistas militantes como de los artistas y escritores progresistas, democráticos, patriotas, antiimperialistas; los estimulan para emprender su labor creadora tan necesaria en los días presentes, tan urgentes para aclarar escenarios en este panorama en donde quiere hacer su agosto la confusión reformista y desarrollista de quienes temporalmente desde Carondelet ejercen el poder político en representación de la burguesía y del imperialismo norteamericano, chino y de otros países imperialistas.
Pero la labor de la creación estética proletaria –y “popular”- bien entendida: A la luz de la visión marxista-leninista, no se reduce a eso ni mucho menos.
Estos son insumos necesarios para armar la “caja torácica”, la mente y el espíritu del artista y del escritor, en prosa o en verso, militante y no militante; de los artistas progresistas, democráticos, antiimperialistas provenientes de la clase pequeño burguesa: La intelectualidad con dotes artísticas.
A la básica, adecuada y siempre en permanente proceso de desarrollo político revolucionario proletario de los artistas; a la “armazón” teórica fundamentada en el estudio y asimilación de los clásicos del marxismo- leninismo, de los documentos basados en nuestra ciencia aplicados al Ecuador: la Línea Política, los trabajos teóricos de nuestros cuadros en los diversos terrenos que son entregados en nuestra Revista Política y en la Revista “Unidad y Lucha” del CIPOML debe agregarse necesariamente el estudio de diversos temas que son de preocupación e interés de los artistas: Acerca de la Estética en general y de la concepción estética marxista- leninista; acerca del arte y la literatura “popular”; acerca de la relación entre realidad y creador –también llamada objeto-sujeto-, connotada por el esteta marxista- leninista de Albania, Alfred Ucy, como “la Ley de la Aprehensión Estética” que implica más que recoger el material que proporciona la vida social: una huelga, una manifestación, la Toma de la Plaza Grande por los educadores de la UNE y el pueblo; la toma de la Asamblea Nacional por parte del movimiento indígena; la estulticia de Correa y de sus Ministros de su gobierno reformista; la criminalidad del asalto a las embarcaciones que llevaban víveres, materiales de construcción, medicinas a la Franja de Gaza de parte de los criminales del sionismo israelí; las amenazas de guerra contra Irán, los crímenes contra los migrantes ecuatorianos en España y Estados Unidos, etcétera, etcétera.
Los motivos que originan las tramas; los prototipos son innumerables. Las obras de arte y literatura solo pueden recoger una ínfima parte del conjunto del movimiento social en que se desenvuelve la actual crisis general y las crisis cíclicas del capitalismo pero esto es lo que hay que hacer y hacerlo de manera artística y/o literaria evitando el lenguaje, el estilo “de clisé” que hace perder su calidad a la creación artística y se convierte en una propaganda lineal, directa, que para eso desde luego existen otras formas de propaganda y de agitación.
Nunca estará por demás insistir en que debemos trabajar construyendo “arte” proletario, “arte” popular. Cuando se produjo la victoria de la revolución cubana el 1 de Enero de 1959 y entró en La Habana el ejército rebelde, Neruda –de cuya obra poética cabe rescatar aquello progresista y revolucionario- escribió:

La Isla estaba oscura como el luto/  pero izaron la luz como bandera / fatigados y ardientes caminaban/  por honor y deber hacia la guerra/
No tenían más armas que su sangre/ iban desnudos como si nacieran/ Y así nació la libertad de Cuba/ De aquel puñado de hombres en la arena/ Luego, la dignidad de los desnudos/ los vistió con la ropa de la sierra/ Los nutrió con el pan desconocido/ los armó con la pólvora secreta/…

Por incontables ocasiones este poema ha logrado atraer hacia la belleza de la lucha armada popular insurgente en América Latina al público progresista.
Es necesario que destaquemos el papel que juega la metáfora para el embellecimiento de una gesta que ha motivado múltiples expresiones de júbilo revolucionario: Los vistió con la ropa de la sierra; los nutrió con el pan desconocido; los armó con la pólvora secreta; aquí el manejo de la figura literaria con fuerza emocional y consciente profunda propiciando poderío al contenido de la gesta; la forma imprimiéndole belleza a tan impresionante contenido: Este es el papel del arte, dar belleza a los actos sublimes que la realidad política y social entregan al creador. A esto es que se refiere el esteta albanés Alfred Ucy cuando habla de que hay que captar elementos que superan la simple visión del ojo y le confieren a los acontecimientos una resonancia artística: La aprehensión estética de la realidad.
La propaganda debe ser concisa, sencilla, clara, liberada de rimbombancias en general, desde luego con excepciones que rompen esta regla y le confieren a la propaganda y a la agitación mayor fuerza; pero en general, la propaganda debe llegar en forma clara, entendible, a los trabajadores y a los pueblos; Lenin hacia una diferencia entre la agitación y propaganda para la militancia, cuadros y para los sectores avanzados de las masas al señalar que el periódico “Iskra” debía elevar el nivel político y teórico del partido y de esos sectores más avanzados; y los periódicos “de masas” referidos a determinados niveles de conciencia de la clase obrera y los pueblos, que, aunque tienen el mismo propósito, parten del nivel de conciencia de las masas y de la necesidad de llegar a sectores cada vez más amplios de las masas.
La literatura y el arte “populares” –para aprehender el arte proletario y el popular en una categoría esencial-, se proponen, por supuesto, también, elevar el nivel político de los trabajadores y los pueblos pero recurren a elementos que sobrepasan la simple propaganda y la agitación revolucionarias proletarias:
Tomando la esencia de las tramas, a partir del arquetipo proletario de que “los pueblos hacen la historia”, elabora la trama en base a la investigación, agregándole el adecuado manejo de la forma para obtener un resultado revolucionario, el lenguaje literario que le imprime belleza –o fealdad para denostar al opresor-; armonía, ímpetu, alegría, dolor, haciendo uso de la metáfora, del símil, del retruécano, de la hipérbole, etcétera; convirtiendo a la literatura artística en labor de construcción estética del artista y del escritor militante y no militante, del intelectual dotado de cualidades artísticas: progresista, antiimperialista, demócrata, patriota.
Esta solo es una introducción básica a un tema que es muy profundo en contenido y forma: ¿Cómo construir, crear obras de arte en las diversas ramas: poesía, cuento, relato, novela, pintura, gravado, escultura, danza, teatro, cine, etcétera, que sirvan para una mayor y más profunda elevación de la conciencia de los trabajadores y los pueblos, de la juventud, de la mujer oprimida, afirmando en ellos la necesidad de la revolución y el socialismo?
Tal es la razón que demanda, a la par que afirmarnos en la política del partido comunista, elevar la conciencia de los artistas y escritores para, estudiando, debatiendo estos temas del arte, elevar nuestro nivel político y artístico proletario y popular para trabajar con mayor vigor, entusiasmo, con alegría combatiente a la causa de la revolución y con odio de clase hacia los opresores criollos y extranjeros a fin de crear obras de arte nuevas que se enhebren como el hilo del arte a la aguja de la revolución y cosan con fuerza el tejido de las fuerzas sociales revolucionarias que marchan vigorosas hacia las batallas y las victorias en nuestras tierras de la Mitad del Mundo con espíritu internacionalista.   

ODISEO RUNA
   

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