A NOMBRE DE LOS ESCRITORES REVOLUCIONARIOS DEL
PAIS FRENTE A LA POLITICA REFORMISTA, DESARROLLISTA Y REPRESIVA DE CORREA
El
Ecuador de nuestros días vive circunstancias históricas que requieren, más allá
del “análisis” de los hechos inmediatos que expresan una acumulación y son
deformados por intelectuales funcionales al sistema capitalista y al gobierno
de la pomposa “revolución ciudadana” como Alexis Ponce, Rafael Quintero
-funcionario de Cancillería- y Erika Silva -actual Ministra de Cultura y su
mujer-, y otros intelectuales extranjeros ajenos a nuestra realidad como
Petras, Steinsleger, Natanson, Stefanoni
incapaces de interpretar los actuales procesos históricos por los que atraviesa
el mundo capitalista y mucho menos los que se acumulan en el Ecuador, quienes, al
borrar toda caracterización de una sociedad de clases como la nuestra y la
lucha de clases que en nuestro país se intensifica desorientan a los pueblos.
Enemiga
del socialismo, esta “intelectualidad” acolita el llamado “socialismo siglo
XXI” que supuestamente “Une a Todos”: Ricos y pobres, explotadores y explotados
en un Ecuador que se mantiene bajo la dominación de banqueros, empresarios,
exportadores e importadores entregados al capital transnacional imperialista.
Maquillados
de “izquierda” marchan a la deriva del análisis del movimiento social y
político de nuestro país que no predice otra cosa que el avasallador torrente
de un movimiento popular que avanza, enfrentando oleajes y rocas, hacia una
auténtica revolución social.
II
La
ruptura con esta tendencia cada vez más derechista, ocurrida durante el Paro
Nacional de la UNE y la lucha del movimiento indígena y la CONAIE por el agua y
contra la explotación minera por parte de las transnacionales que estalló en
Octubre del 2009 se extiende como chispa en pólvora seca tras aquellos
fulgurantes hechos que iniciaron la clara demarcación con el actual gobierno
debido a su acelerado proceso de derechización que ha puesto al descubierto su
naturaleza de clase evidenciada en la promulgación de leyes de corte neoliberal
opuestas a la Constitución aprobada en Ciudad Alfaro; leyes remachadas en su
derechismo por el Veto dictatorial de Correa.
Constitución
en base de la cual se vislumbraban alternativas de progreso, soberanía y
auténtico cambio social pero que, al violar su contenido democrático –El Sumak
Kawsay-, vienen llevando a los trabajadores y los pueblos, a los maestros y
maestras, al movimiento indígena, a la juventud, a una confrontación cada día
más violenta con el nuevo gobierno de la burguesía y el imperialismo en defensa
de sus conquistas, derechos y justas aspiraciones que intentan ser despojadas
por el gobierno de la “revolución ciudadana”.
III
“
No somos
tontos” parecería
ser una frase vacua, más, bajo el actual proceso de acumulación que concentra
una vigorosa arremetida popular contra las políticas neoliberales de los
últimos tres gobiernos cuyos Presidentes fueron echados de Carondelet; de un
movimiento social, económico y político en ascenso en cuyo vórtice han estado
alzados en vorágine los sectores sociales más avanzados de la historia actual: La
izquierda revolucionaria estigmatizada por Correa como “tira piedras”, el
movimiento indígena calificado por él, de “roscas”; movimiento político que
aglutina a trabajadores, campesinos, maestros y maestras, juventud estudiantil,
barrios, comerciantes minoristas, intelectualidad progresista, etcétera, la
frase “No Somos Tontos” tiene un profundo significado histórico.
IV
El
Ecuador que pinta con meliflua lengua Correa durante sus enlaces sabatinos señalando
que nuestro país vive una “revolución” -verde
y rosa- logra atraer –aún- con
migajas y obras desarrollistas a sectores sociales desviándolos de sus propios
intereses y de su rumbo emancipador como hasta la década de los 70 del siglo
pasado llevó a cabo el populismo de Velasco Ibarra en el Ecuador.
Lo
que cambia es la forma: La modernización
desarrollista y reformista que no ha roto con la dependencia imperialista
ni con el capitalismo a la cual Correa califica de “revolución ciudadana”; el
mismo viejo modelo capitalista de dependencia del imperialismo inmerso en la
explotación petrolera que Correa disfraza de “socialismo siglo 21”.
La
entrada en el nuevo siglo, per se, con
una rimbombante, goebeliana y millonaria propaganda; con medidas reformistas y
desarrollistas no ha terminado con el sistema capitalista imperante en el
Ecuador; para ello se requiere realizar una auténtica revolución social que
solo pueden hacerla los trabajadores y los pueblos que este gobierno de las
oligarquías reprime, encarcela y tilda, porque le teme, de “terroristas”.
El
país real en que vivimos es el que Correa, representante de la nueva y maquillada oligarquía empotrada en
Carondelet, mientras se autocalifica “de izquierda” y camaleónicamente se
esconde en el asistencialismo, es el de la entrega del Ecuador a los monopolios
petroleros y mineros; al chulco internacional que ahora se amplía al capital
financiero chino; país donde, en las altas esferas y a cambio de la entrega de
nuestra soberanía, se cuece la corrupción protegida ahora por la inexistencia de
Fiscalización en la Asamblea Nacional y por la “Justicia” que se ha vuelto más
sorda y ciega que durante el cuarto de siglo pasado debido al control que de
ella hace Correa desde Carondelet.
El
Ecuador de hoy, esencialmente, es el mismo “Viejo País” de la dictadura
desarrollista petrolera del Triunviro, de la farsa de la “democracia” de León,
Borja, Bucaram y Mahuad con otras máscaras.
El
Ecuador real es el que vienen gestando los sectores protagónicos a través de
furibundas oleadas por auténticos cambios que alcanzó un alto nivel cuando echó
abajo al tradicional Congreso, las Cortes, al Ejecutivo y su
“institucionalidad”; oleaje al que con “viveza criolla” se subió Correa
presentándose como “aglutinador” de aquellos alzamientos y asonadas populares y
revolucionarias.
El
Ecuador real es el que representa el movimiento social insurgente que no va a retroceder
en su proceso irreversible de acumulación popular y revolucionaria; que no va a
desviarse de su rumbo emancipador; que no va a ser engañado, silenciado ni
acobardado por las medidas reformistas y desarrollistas, ni por la represión,
la cárcel ni el crimen que ya cobra algunas vidas durante el gobierno populista
de Correa.
La
realidad política y social del Ecuador de estos días hay que observarla en su
perspectiva progresista: Un persistente movimiento político y social se
desarrolla en nuestro país; este movimiento sufre reveses temporales al
enfrentar esta nueva forma de la dominación política de la burguesía y el
imperialismo, pero su tendencia vigorosa es a afirmarse en su desarrollo y fortalecimiento;
tendencia revolucionaria que intenta ser detenida y/o desviada por Correa
utilizando la propaganda demagógica de corte fascista y la represión.
El
movimiento revolucionario, lejos de amainar con la criminalización de los
combates populares, con la represión, la cárcel y la persecución contra líderes
populares, se afirma en la lucha por auténticos cambios sociales, contra la
entrega del gobierno a las transnacionales, contra el agresivo endeudamiento
externo, enfrentando al reformismo y al desarrollismo que Correa pinta como “revolución
ciudadana” y “socialismo siglo 21”.
V
A
pesar de que el nuevo y maquillado Presidente de las oligarquías y del
imperialismo persiste en el engaño y la represión contra los pueblos y sus
dirigentes utilizando un sibilino lenguaje de seudo izquierda, su gobierno está
siendo a diario desenmascarado en su naturaleza de clase.
La
historia real de la lucha de los pueblos del Ecuador registra que el engaño y
la demagogia populistas tienen un tope que se basa en la resistencia y ofensiva
que los pueblos, los sectores progresistas, democráticos y patriotas llevan a
cabo a través de sus acciones y luchas exigiéndose ellos mismos y a los diversos
gobiernos que como fantasmas han subido y bajado de Carondelet, una auténtica
revolución social; pueblos avanzados que saben distinguir con energía y claridad
entre la honestidad patriótica y el entreguismo de la patria, entre una
política “social” de migajas echadas desde arriba y auténticas reformas
sociales conquistadas con su lucha que afirman la identidad progresista de los
pueblos y no el sometimiento a Mesías alguno arrogante y despótico.
Si
Correa cree que echando esas migajas a
los de abajo como el mísero aumento del bono de la pobreza de Mahuad, el bono
de la vivienda, atención a la salud –reformas que no llegan a todos los pobres
de este país-; el Banco de IESS que ahora tiene bajo su control para seguir
echándole la mano a los fondos de los afiliados; Banco del IESS que era una
exigencia de los sectores sociales organizados y No la Caja Chica abierta a la
voracidad de un gobierno que tiene un hueco fiscal de más de 4 mil millones de
dólares; si cree que con esa política asistencialista va a seguir engañando por
mucho tiempo a sectores sociales que reclaman verdaderos cambios; si cree que
con las carreteras y puentes construidos para contribuir al desarrollo
capitalista de los nuevos grupos financieros que están pegados como
sanguijuelas a su gobierno, su gobierno va
a seguir engañando a los pueblos, se equivoca de pueblos.
Si
cree que con la brutal represión a los sectores sociales y a la izquierda, a
sus líderes, va a meter miedo y silenciar a los trabajadores, a la izquierda
revolucionaria, al movimiento indígena alzado, a los empleados públicos, a los
barrios, a la intelectualidad progresista, a los artistas y escritores
populares que vienen y venimos en oleajes furibundos peleando en calles,
plazas, carreteras, el gobierno de Correa se equivoca respecto del potencial revolucionario
que guarda en sus entrañas el actual movimiento político y social que cobra
mayor fuerza mientras más este gobierno radicaliza la represión y la mentira para
ocultar su entreguismo al imperialismo y a las oligarquías.
El
viraje ultraderechista de Correa intenta ser ocultado con una propaganda
distractiva para difuminar su inconsecuencia con el Programa de Gobierno
Patriótico, Revolucionario y Popular que ofreció cumplir y por el cual vienen
peleando los pueblos durante las últimas décadas.
Este
Programa Patriótico, Popular y Revolucionario existe: Por el luchan los
pueblos; Programa que Correa ofreció cumplir y ahora echa por la borda mientras
reprime a los protagonistas de la historia pretendiendo detener o desviar su
rueda progresista.
VI
Creer
que los pueblos del país de Montalvo y Peralta, con todo este acumulado, es “Tonto”, es olvidar que aquellos
líderes, en su época, desenmascararon y derrotaron al oscurantismo feudal del
Santo del Patíbulo; que los escritores y artistas de los años 30 y los Tzánsicos;
que la sangre derramada por tantos combatientes revolucionarios que entregaron
su vida por la revolución y el socialismo enfrentando al populismo del “dedo
esquelético” criminal, a dictaduras militares y a las diversas máscaras de la
dominación burguesa encubiertas bajo la máscara de la falsa “democracia
representativa” cuando Correa recién empezaba a incubar sus apetitos mesiánicos
y sibaritas de Poder ocultos bajo las sotanas pedagógicas reaccionarias de la
Orden de La Salle traída al Ecuador por García Moreno; período histórico oscurantista
que Correa, en el siglo 21, quiere reeditar acudiendo a las mismas prácticas y
vicios del poder que denunciara Montalvo en “Las Catilinarias”: Utilizando la
represión, la cárcel, el crimen para ocultar su nefasta corrupción y
entreguismo; oscurantismo represivo que fue enfrentado y derrotado por los
pueblos bajo el liderato de personalidades como Alfaro y Peralta quienes en
aquel momento histórico abrieron días de progreso para la Patria con el
ferrocarril, el iluminismo laico y fiscal y otros aspectos programáticos progresistas;
proceso histórico revolucionario que hoy se concreta en el Programa de Gobierno
Popular, Patriótico y Revolucionario que enarbolan los pueblos y que significa
terminar con el capitalismo y construir el socialismo, la Patria Nueva.
VII
Creer
que en este país de alzados conscientes los pueblos van a ser domesticados,
engañados o atemorizados por esta nueva cara maquillada de la “Nueva
Institucionalidad” que en poco tiempo corre la misma suerte que la “Vieja
Institucionalidad”: Una Asamblea hundida en la misma “verde y modernizada”
podredumbre, y ahora más, cuando está sujeta a los designios del autoritarismo
dictatorial del tonsurado Correa, quien, al mismo tiempo ha vuelto más pútrida la
“Justicia” al someterla a sus caprichos y mentalidad oscurantista y represiva, cuando,
desde los pasadizos de Carondelet la obliga a imponer juicios, dar órdenes de
prisión y mantener en la cárcel a genuinos luchadores populares: “Justicia” que
cada día huele más a estiércol.
“No
Somos Tontos” no es una frase boba, sino lapidaria de todos los ardides y medidas represivas, que, para
meter miedo y silenciar a los de abajo, a la intelectualidad revolucionaria, está
empujando a troche y moche Correa.
Los
pueblos que venimos peleando en calles y plazas contra los regímenes
oligárquicos que lo precedieron, sin callar pese a los crímenes cometidos por
cada gobierno dictatorial oligárquico contra las auténticas fuerzas de
izquierda en las personas de líderes insobornables como Milton Reyes, Rosa
Paredes, Jorge Tinoco, Jaime Hurtado y tantos combatientes caídos durante la
lucha liberadora por la revolución y el socialismo, estamos aunando esfuerzos
para enfrentar esta nueva forma de la cultura dominante, esquizofrénica,
caótica, mesiánica y paternalista que pretende imponer la ya manida y vieja
cultura burguesa con otros maquillajes sibilinos en el Ecuador de hoy.
VIII
Sabemos
quiénes son los que actualmente detentan el Poder desde Carondelet: traficantes
del engaño, demagogos ambiciosos y corruptos al servicio del imperialismo y las
oligarquías, quienes creen que podrán detener, acudiendo a la demagogia, la
represión y el crimen, la lucha de nuestros pueblos, de sus organizaciones
sociales y de izquierda revolucionaria y a sus auténticos líderes populares
como Luis Villacís, Mary Zamora, Marcelo Rivera, Lourdes Tiban, Lucía Sosa y a
otros combatientes que destacarán los trabajadores y los pueblos en la prosecución
de su lucha emancipadora.
IX
El
reciente, audaz y maquiavélico viraje que dio Correa al alzamiento de la tropa
policial y de todas las ramas; la audaz y malintencionada interpretación que
dio al apoyo popular que la izquierda revolucionaria y las organizaciones
sindicales, indígenas, políticas de auténtica izquierda y sociales dieron al
soldado y al policía sublevados con justa razón: Calificar aquel alzamiento de
la tropa de todas las ramas como “golpismo” de lo cual ahora se envanece y
destila más prepotencia -a la par que desdicen de ella conmilitones como Doris Solís y otros de su
Círculo VerdiRosa-, solo es un episodio de la contramarcha de un gobierno que,
con otros disfraces y mentiras, sigue la misma política de entrega de nuestra
soberanía al capital imperialista extendiéndolo de la tradicional entrega a los
Estados Unidos, a China imperialista y Japón; de la descarada complicidad con
el Plan Colombia afirmando la política de “Yunque y Martillo” a través de su
Ministro de Defensa Xavier Ponce; de pueblos que soportan cada vez más
desempleo, hambre, falta de educación y de atención seria a la salud pese a la
atiborrada campaña de sus Ministros de Propaganda negando esta realidad;
pueblos a quienes da palo, lanza bombas y disparos de bala que asesinan a
maestros como Bosco Bisuwa; que organiza el “rescate” de un falso “secuestro”
que culmina en sangre y muerte de quienes no debían morir por los apetitos
sibaritas de Poder del actual Presidente Correa.
X
Lo
que caracteriza al parto de los montes -que
es este gobierno- que a todas luces se torna más antipopular y represivo, dentro
del cual la corrupción campea con Carta de Impunidad, es la serie de disfraces
con los cuales logra, aún, engañar a sectores sociales de la población:
Las
reformas y acciones desarrollistas son los caramelos de este moderno caudillo
populista. Con ellas oculta su naturaleza de clase oligárquica pro imperialista
y reaccionaria.
A
esas reformas agrega el cambiarse de antifaz rápidamente tras bastidores: Unas
veces se presenta como continuador de la Revolución de Alfaro, como “de
izquierda”, “revolucionario” y hasta “socialista”; de pronto saca las uñas y
emite el decreto 1780 que entrega la educación de los pueblos indígenas y negro
en la Amazonía y Esmeraldas a la Iglesia Católica, la misma que desde la
Colonia calificó a los pueblos ancestrales de “herejes” a quienes “había que
“civilizar” con el adoctrinamiento.
Así
Correa muestra su real catadura clerical y reaccionaria opuesta al laicismo, a
la educación fiscal y gratuita conquistada por la Revolución Liberal -lo cual
ratifica al suprimir el almuerzo escolar-; que se encubre de “tecnocracia” para
atacar “la politización de la educación” haciendo aprobar una Ley de Educación
Superior que echa abajo el Co-gobierno paritario, la Autonomía, la Gratuidad de
la Educación Superior; política anti popular que se ratifica con supuesta
“legalización” de los despidos de los servidores públicos; encarcelando y
ordenando el dictamen y prisión bajo la falsa acusación de “terrorista” contra
un dirigente prístino, un consciente luchador por el auténtico cambio social y
revolucionario: Marcelo Rivera, Presidente de la FEUE y extendiéndola ahora al
actual Presidente encargado de la FEUE Nacional Galo Mindiola, en tanto ataca a
la UNE que impulsa la propuesta de la “Pedagogía para la Emancipación” acusando
a sus dirigentes de “mafia”, montando juicios y dictando órdenes de prisión
contra preclaros dirigentes de los educadores como Mary Zamora y William
Pazmiño.
Esta
política evidencia su concepción ultraderechista y fascistoide; a ella le
agrega el manejo Goebeliano de la propaganda manipulada por el Clan de los
hermanos Alvarado al calificar al movimiento social y a sus líderes populares que
vuelven a encender las calles y plazas del Ecuador enfrentando estas leyes de
corte neoliberal, estas políticas antinacionales y antipopulares, de “terroristas”,
“desestabilizadores del Estado”, “golpistas”, propaganda sobre la cual mantiene
en prisión, acusado falsamente de “terrorismo” a uno de los líderes más
batalladores y consecuentes de la heroica FEUE quien se ha declarado en Huelga
de Hambre recibiendo la solidaridad con el repique de otras tantas Huelgas de
Hambre de la Juventud, del pueblo, de personalidades, que se desarrollan en
Quito, Guayaquil, Latacunga, Cuenca, Quevedo y en otras provincias del país.
XI
Son
días duros en que el coraje de los pueblos y de sus dirigentes están a prueba; días
que no pensábamos vendrían por la lengua, la prepotencia y las medidas políticas
represivas de quien funge ser “Presidente de Todos”; de quien, sencillamente,
es otro Presidente, más, de las
oligarquías y del imperialismo y un enemigo declarado de los pueblos, de los
oprimidos alzados a quienes endilga los mismos epítetos con que Bush y Obama
califican a los pueblos que combaten en Irak, Afganistán, la Franja de Gaza, Colombia,
por su soberanía y liberación: “Terroristas”.
Son
días en que la fortaleza moral, el coraje heredado de Quisquis, Calicuchima, Rumiñahui,
Espejo, Manuela Sáenz, Daquilema, Manuela León, Gallegos Lara, Milton Reyes, Rosa
Paredes, los hermanos Tinoco, Jaime Hurtado, Washington Álvarez y tantos
hombres y mujeres combatientes por la libertad, la soberanía y el auténtico
cambio revolucionario hacia el socialismo, llenan, nutren las venas, las
arterias, la sangre, huesos y mente de quienes, como escritores y artistas
venimos luchando décadas por un arte para el cambio revolucionario; de quienes
en este accionar hemos construido un arte y literaturas emancipadoras,
populares y multiculturales armados de la fuerza mental y espiritual de líderes
como Rafael Larrea Insuasti que recogieron la sabia del auténtico socialismo y
contribuyeron a guiarnos y a comprometernos con la lucha libertaria de los
trabajadores y los pueblos, con los oprimidos y su lucha emancipadora.
Estos
días, vigorosos y combatientes por una parte, repudiables por las medidas
adoptadas por el nuevo, prepotente y sibilino dictador de la oligarquía
encaramado en Carondelet, son a la vez de seguridad y certeza en el presente y
en el futuro: En el movimiento político y social que en las Tierras de la Mitad
del Mundo seguirá avanzando en oleadas, crecerá y alcanzará nuevas victorias enfrentando
la represión y la demagogia populista, movimiento que nos llevará a la
conquista de un Gobierno Patriótico, Popular y Revolucionario.
¡A
esta nueva forma de dominación de la burguesía criolla, los pueblos, los
trabajadores, los hombres y mujeres de abajo, la juventud insurgente, la
derrotaremos peleando sin ceder en todos los frentes!
Junto
a quienes combaten están y estarán nuestras plumas, guitarras y voces,
gargantas e instrumentos, pinceles y canciones, danzas y obras de literatura
batalladoras.
ANTONIO GUERRERO DROUET
ESCRITOR Y POETA, MIEMBRO DE LA DIRECTIVA
NACIONAL DE ARTISTAS POPULARES DEL ECUADOR: UNAPE
Noviembre 2010
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