martes, 14 de julio de 2015

A nombre de los escritores y artistas revolucionarios


A NOMBRE DE LOS ESCRITORES REVOLUCIONARIOS DEL PAIS FRENTE A LA POLITICA REFORMISTA, DESARROLLISTA Y REPRESIVA DE CORREA






El Ecuador de nuestros días vive circunstancias históricas que requieren, más allá del “análisis” de los hechos inmediatos que expresan una acumulación y son deformados por intelectuales funcionales al sistema capitalista y al gobierno de la pomposa “revolución ciudadana” como Alexis Ponce, Rafael Quintero -funcionario de Cancillería- y Erika Silva -actual Ministra de Cultura y su mujer-, y otros intelectuales extranjeros ajenos a nuestra realidad como Petras,  Steinsleger, Natanson, Stefanoni incapaces de interpretar los actuales procesos históricos por los que atraviesa el mundo capitalista y mucho menos los que se acumulan en el Ecuador, quienes, al borrar toda caracterización de una sociedad de clases como la nuestra y la lucha de clases que en nuestro país se intensifica desorientan a los pueblos.
Enemiga del socialismo, esta “intelectualidad” acolita el llamado “socialismo siglo XXI” que supuestamente “Une a Todos”: Ricos y pobres, explotadores y explotados en un Ecuador que se mantiene bajo la dominación de banqueros, empresarios, exportadores e importadores entregados al capital transnacional imperialista.
Maquillados de “izquierda” marchan a la deriva del análisis del movimiento social y político de nuestro país que no predice otra cosa que el avasallador torrente de un movimiento popular que avanza, enfrentando oleajes y rocas, hacia una auténtica revolución social.

II

La ruptura con esta tendencia cada vez más derechista, ocurrida durante el Paro Nacional de la UNE y la lucha del movimiento indígena y la CONAIE por el agua y contra la explotación minera por parte de las transnacionales que estalló en Octubre del 2009 se extiende como chispa en pólvora seca tras aquellos fulgurantes hechos que iniciaron la clara demarcación con el actual gobierno debido a su acelerado proceso de derechización que ha puesto al descubierto su naturaleza de clase evidenciada en la promulgación de leyes de corte neoliberal opuestas a la Constitución aprobada en Ciudad Alfaro; leyes remachadas en su derechismo por el Veto dictatorial de Correa.
Constitución en base de la cual se vislumbraban alternativas de progreso, soberanía y auténtico cambio social pero que, al violar su contenido democrático –El Sumak Kawsay-, vienen llevando a los trabajadores y los pueblos, a los maestros y maestras, al movimiento indígena, a la juventud, a una confrontación cada día más violenta con el nuevo gobierno de la burguesía y el imperialismo en defensa de sus conquistas, derechos y justas aspiraciones que intentan ser despojadas por el gobierno de la “revolución ciudadana”.
III
No somos tontos” parecería ser una frase vacua, más, bajo el actual proceso de acumulación que concentra una vigorosa arremetida popular contra las políticas neoliberales de los últimos tres gobiernos cuyos Presidentes fueron echados de Carondelet; de un movimiento social, económico y político en ascenso en cuyo vórtice han estado alzados en vorágine los sectores sociales más avanzados de la historia actual: La izquierda revolucionaria estigmatizada por Correa como “tira piedras”, el movimiento indígena calificado por él, de “roscas”; movimiento político que aglutina a trabajadores, campesinos, maestros y maestras, juventud estudiantil, barrios, comerciantes minoristas, intelectualidad progresista, etcétera, la frase “No Somos Tontos”  tiene un profundo significado histórico.
IV

El Ecuador que pinta con meliflua lengua Correa durante sus enlaces sabatinos señalando que nuestro país vive una “revolución” -verde y rosa- logra atraer –aún- con migajas y obras desarrollistas a sectores sociales desviándolos de sus propios intereses y de su rumbo emancipador como hasta la década de los 70 del siglo pasado llevó a cabo el populismo de Velasco Ibarra en el Ecuador.
Lo que cambia es la forma: La modernización desarrollista y reformista que no ha roto con la dependencia imperialista ni con el capitalismo a la cual Correa califica de “revolución ciudadana”; el mismo viejo modelo capitalista de dependencia del imperialismo inmerso en la explotación petrolera que Correa disfraza de “socialismo siglo 21”.
La entrada en el nuevo siglo, per se, con una rimbombante, goebeliana y millonaria propaganda; con medidas reformistas y desarrollistas no ha terminado con el sistema capitalista imperante en el Ecuador; para ello se requiere realizar una auténtica revolución social que solo pueden hacerla los trabajadores y los pueblos que este gobierno de las oligarquías reprime, encarcela y tilda, porque le teme, de “terroristas”.  
El país real en que vivimos es el que Correa, representante de la  nueva y maquillada oligarquía empotrada en Carondelet, mientras se autocalifica “de izquierda” y camaleónicamente se esconde en el asistencialismo, es el de la entrega del Ecuador a los monopolios petroleros y mineros; al chulco internacional que ahora se amplía al capital financiero chino; país donde, en las altas esferas y a cambio de la entrega de nuestra soberanía, se cuece la corrupción protegida ahora por la inexistencia de Fiscalización en la Asamblea Nacional y por la “Justicia” que se ha vuelto más sorda y ciega que durante el cuarto de siglo pasado debido al control que de ella hace Correa desde Carondelet.
El Ecuador de hoy, esencialmente, es el mismo “Viejo País” de la dictadura desarrollista petrolera del Triunviro, de la farsa de la “democracia” de León, Borja, Bucaram y Mahuad con otras máscaras.
El Ecuador real es el que vienen gestando los sectores protagónicos a través de furibundas oleadas por auténticos cambios que alcanzó un alto nivel cuando echó abajo al tradicional Congreso, las Cortes, al Ejecutivo y su “institucionalidad”; oleaje al que con “viveza criolla” se subió Correa presentándose como “aglutinador” de aquellos alzamientos y asonadas populares y revolucionarias.
El Ecuador real es el que representa el movimiento social insurgente que no va a retroceder en su proceso irreversible de acumulación popular y revolucionaria; que no va a desviarse de su rumbo emancipador; que no va a ser engañado, silenciado ni acobardado por las medidas reformistas y desarrollistas, ni por la represión, la cárcel ni el crimen que ya cobra algunas vidas durante el gobierno populista de Correa.
La realidad política y social del Ecuador de estos días hay que observarla en su perspectiva progresista: Un persistente movimiento político y social se desarrolla en nuestro país; este movimiento sufre reveses temporales al enfrentar esta nueva forma de la dominación política de la burguesía y el imperialismo, pero su tendencia vigorosa es a afirmarse en su desarrollo y fortalecimiento; tendencia revolucionaria que intenta ser detenida y/o desviada por Correa utilizando la propaganda demagógica de corte fascista y la represión.
El movimiento revolucionario, lejos de amainar con la criminalización de los combates populares, con la represión, la cárcel y la persecución contra líderes populares, se afirma en la lucha por auténticos cambios sociales, contra la entrega del gobierno a las transnacionales, contra el agresivo endeudamiento externo, enfrentando al reformismo y al desarrollismo que Correa pinta como “revolución ciudadana” y “socialismo siglo 21”.

V

A pesar de que el nuevo y maquillado Presidente de las oligarquías y del imperialismo persiste en el engaño y la represión contra los pueblos y sus dirigentes utilizando un sibilino lenguaje de seudo izquierda, su gobierno está siendo a diario desenmascarado en su naturaleza de clase.
La historia real de la lucha de los pueblos del Ecuador registra que el engaño y la demagogia populistas tienen un tope que se basa en la resistencia y ofensiva que los pueblos, los sectores progresistas, democráticos y patriotas llevan a cabo a través de sus acciones y luchas exigiéndose ellos mismos y a los diversos gobiernos que como fantasmas han subido y bajado de Carondelet, una auténtica revolución social; pueblos avanzados que saben distinguir con energía y claridad entre la honestidad patriótica y el entreguismo de la patria, entre una política “social” de migajas echadas desde arriba y auténticas reformas sociales conquistadas con su lucha que afirman la identidad progresista de los pueblos y no el sometimiento a Mesías alguno arrogante y despótico.
Si Correa cree que  echando esas migajas a los de abajo como el mísero aumento del bono de la pobreza de Mahuad, el bono de la vivienda, atención a la salud –reformas que no llegan a todos los pobres de este país-; el Banco de IESS que ahora tiene bajo su control para seguir echándole la mano a los fondos de los afiliados; Banco del IESS que era una exigencia de los sectores sociales organizados y No la Caja Chica abierta a la voracidad de un gobierno que tiene un hueco fiscal de más de 4 mil millones de dólares; si cree que con esa política asistencialista va a seguir engañando por mucho tiempo a sectores sociales que reclaman verdaderos cambios; si cree que con las carreteras y puentes construidos para contribuir al desarrollo capitalista de los nuevos grupos financieros que están pegados como sanguijuelas a su gobierno,  su gobierno va a seguir engañando a los pueblos, se equivoca de pueblos.
Si cree que con la brutal represión a los sectores sociales y a la izquierda, a sus líderes, va a meter miedo y silenciar a los trabajadores, a la izquierda revolucionaria, al movimiento indígena alzado, a los empleados públicos, a los barrios, a la intelectualidad progresista, a los artistas y escritores populares que vienen y venimos en oleajes furibundos peleando en calles, plazas, carreteras, el gobierno de Correa se equivoca respecto del potencial revolucionario que guarda en sus entrañas el actual movimiento político y social que cobra mayor fuerza mientras más este gobierno radicaliza la represión y la mentira para ocultar su entreguismo al imperialismo y a las oligarquías.
El viraje ultraderechista de Correa intenta ser ocultado con una propaganda distractiva para difuminar su inconsecuencia con el Programa de Gobierno Patriótico, Revolucionario y Popular que ofreció cumplir y por el cual vienen peleando los pueblos durante las últimas décadas.
Este Programa Patriótico, Popular y Revolucionario existe: Por el luchan los pueblos; Programa que Correa ofreció cumplir y ahora echa por la borda mientras reprime a los protagonistas de la historia pretendiendo detener o desviar su rueda progresista.
VI

Creer que los pueblos del país de Montalvo y Peralta, con todo este acumulado, es “Tonto”, es olvidar que aquellos líderes, en su época, desenmascararon y derrotaron al oscurantismo feudal del Santo del Patíbulo; que los escritores y artistas de los años 30 y los Tzánsicos; que la sangre derramada por tantos combatientes revolucionarios que entregaron su vida por la revolución y el socialismo enfrentando al populismo del “dedo esquelético” criminal, a dictaduras militares y a las diversas máscaras de la dominación burguesa encubiertas bajo la máscara de la falsa “democracia representativa” cuando Correa recién empezaba a incubar sus apetitos mesiánicos y sibaritas de Poder ocultos bajo las sotanas pedagógicas reaccionarias de la Orden de La Salle traída al Ecuador por García Moreno; período histórico oscurantista que Correa, en el siglo 21, quiere reeditar acudiendo a las mismas prácticas y vicios del poder que denunciara Montalvo en “Las Catilinarias”: Utilizando la represión, la cárcel, el crimen para ocultar su nefasta corrupción y entreguismo; oscurantismo represivo que fue enfrentado y derrotado por los pueblos bajo el liderato de personalidades como Alfaro y Peralta quienes en aquel momento histórico abrieron días de progreso para la Patria con el ferrocarril, el iluminismo laico y fiscal y otros aspectos programáticos progresistas; proceso histórico revolucionario que hoy se concreta en el Programa de Gobierno Popular, Patriótico y Revolucionario que enarbolan los pueblos y que significa terminar con el capitalismo y construir el socialismo, la Patria Nueva.

VII

Creer que en este país de alzados conscientes los pueblos van a ser domesticados, engañados o atemorizados por esta nueva cara maquillada de la “Nueva Institucionalidad” que en poco tiempo corre la misma suerte que la “Vieja Institucionalidad”: Una Asamblea hundida en la misma “verde y modernizada” podredumbre, y ahora más, cuando está sujeta a los designios del autoritarismo dictatorial del tonsurado Correa, quien, al mismo tiempo ha vuelto más pútrida la “Justicia” al someterla a sus caprichos y mentalidad oscurantista y represiva, cuando, desde los pasadizos de Carondelet la obliga a imponer juicios, dar órdenes de prisión y mantener en la cárcel a genuinos luchadores populares: “Justicia” que cada día huele más a estiércol.
 “No Somos Tontos” no es una frase boba, sino lapidaria de todos los ardides y medidas represivas, que, para meter miedo y silenciar a los de abajo, a la intelectualidad revolucionaria, está empujando a troche y moche Correa.
Los pueblos que venimos peleando en calles y plazas contra los regímenes oligárquicos que lo precedieron, sin callar pese a los crímenes cometidos por cada gobierno dictatorial oligárquico contra las auténticas fuerzas de izquierda en las personas de líderes insobornables como Milton Reyes, Rosa Paredes, Jorge Tinoco, Jaime Hurtado y tantos combatientes caídos durante la lucha liberadora por la revolución y el socialismo, estamos aunando esfuerzos para enfrentar esta nueva forma de la cultura dominante, esquizofrénica, caótica, mesiánica y paternalista que pretende imponer la ya manida y vieja cultura burguesa con otros maquillajes sibilinos en el Ecuador de hoy.

VIII

Sabemos quiénes son los que actualmente detentan el Poder desde Carondelet: traficantes del engaño, demagogos ambiciosos y corruptos al servicio del imperialismo y las oligarquías, quienes creen que podrán detener, acudiendo a la demagogia, la represión y el crimen, la lucha de nuestros pueblos, de sus organizaciones sociales y de izquierda revolucionaria y a sus auténticos líderes populares como Luis Villacís, Mary Zamora, Marcelo Rivera, Lourdes Tiban, Lucía Sosa y a otros combatientes que destacarán los trabajadores y los pueblos en la prosecución de su lucha emancipadora.
IX

El reciente, audaz y maquiavélico viraje que dio Correa al alzamiento de la tropa policial y de todas las ramas; la audaz y malintencionada interpretación que dio al apoyo popular que la izquierda revolucionaria y las organizaciones sindicales, indígenas, políticas de auténtica izquierda y sociales dieron al soldado y al policía sublevados con justa razón: Calificar aquel alzamiento de la tropa de todas las ramas como “golpismo” de lo cual ahora se envanece y destila más prepotencia -a la par que desdicen de ella  conmilitones como Doris Solís y otros de su Círculo VerdiRosa-, solo es un episodio de la contramarcha de un gobierno que, con otros disfraces y mentiras, sigue la misma política de entrega de nuestra soberanía al capital imperialista extendiéndolo de la tradicional entrega a los Estados Unidos, a China imperialista y Japón; de la descarada complicidad con el Plan Colombia afirmando la política de “Yunque y Martillo” a través de su Ministro de Defensa Xavier Ponce; de pueblos que soportan cada vez más desempleo, hambre, falta de educación y de atención seria a la salud pese a la atiborrada campaña de sus Ministros de Propaganda negando esta realidad; pueblos a quienes da palo, lanza bombas y disparos de bala que asesinan a maestros como Bosco Bisuwa; que organiza el “rescate” de un falso “secuestro” que culmina en sangre y muerte de quienes no debían morir por los apetitos sibaritas de Poder del actual Presidente Correa.
X

Lo que caracteriza al parto de los montes -que es este gobierno- que a todas luces se torna más antipopular y represivo, dentro del cual la corrupción campea con Carta de Impunidad, es la serie de disfraces con los cuales logra, aún, engañar a sectores sociales de la población:
Las reformas y acciones desarrollistas son los caramelos de este moderno caudillo populista. Con ellas oculta su naturaleza de clase oligárquica pro imperialista y reaccionaria.
A esas reformas agrega el cambiarse de antifaz rápidamente tras bastidores: Unas veces se presenta como continuador de la Revolución de Alfaro, como “de izquierda”, “revolucionario” y hasta “socialista”; de pronto saca las uñas y emite el decreto 1780 que entrega la educación de los pueblos indígenas y negro en la Amazonía y Esmeraldas a la Iglesia Católica, la misma que desde la Colonia calificó a los pueblos ancestrales de “herejes” a quienes “había que “civilizar” con el adoctrinamiento.
Así Correa muestra su real catadura clerical y reaccionaria opuesta al laicismo, a la educación fiscal y gratuita conquistada por la Revolución Liberal -lo cual ratifica al suprimir el almuerzo escolar-; que se encubre de “tecnocracia” para atacar “la politización de la educación” haciendo aprobar una Ley de Educación Superior que echa abajo el Co-gobierno paritario, la Autonomía, la Gratuidad de la Educación Superior; política anti popular que se ratifica con supuesta “legalización” de los despidos de los servidores públicos; encarcelando y ordenando el dictamen y prisión bajo la falsa acusación de “terrorista” contra un dirigente prístino, un consciente luchador por el auténtico cambio social y revolucionario: Marcelo Rivera, Presidente de la FEUE y extendiéndola ahora al actual Presidente encargado de la FEUE Nacional Galo Mindiola, en tanto ataca a la UNE que impulsa la propuesta de la “Pedagogía para la Emancipación” acusando a sus dirigentes de “mafia”, montando juicios y dictando órdenes de prisión contra preclaros dirigentes de los educadores como Mary Zamora y William Pazmiño.
Esta política evidencia su concepción ultraderechista y fascistoide; a ella le agrega el manejo Goebeliano de la propaganda manipulada por el Clan de los hermanos Alvarado al calificar al movimiento social y a sus líderes populares que vuelven a encender las calles y plazas del Ecuador enfrentando estas leyes de corte neoliberal, estas políticas antinacionales y antipopulares, de “terroristas”, “desestabilizadores del Estado”, “golpistas”, propaganda sobre la cual mantiene en prisión, acusado falsamente de “terrorismo” a uno de los líderes más batalladores y consecuentes de la heroica FEUE quien se ha declarado en Huelga de Hambre recibiendo la solidaridad con el repique de otras tantas Huelgas de Hambre de la Juventud, del pueblo, de personalidades, que se desarrollan en Quito, Guayaquil, Latacunga, Cuenca, Quevedo y en otras provincias del país.

XI

Son días duros en que el coraje de los pueblos y de sus dirigentes están a prueba; días que no pensábamos vendrían por la lengua, la prepotencia y las medidas políticas represivas de quien funge ser “Presidente de Todos”; de quien, sencillamente, es otro Presidente, más, de las oligarquías y del imperialismo y un enemigo declarado de los pueblos, de los oprimidos alzados a quienes endilga los mismos epítetos con que Bush y Obama califican a los pueblos que combaten en Irak, Afganistán, la Franja de Gaza, Colombia, por su soberanía y liberación: “Terroristas”.
Son días en que la fortaleza moral, el coraje heredado de Quisquis, Calicuchima, Rumiñahui, Espejo, Manuela Sáenz, Daquilema, Manuela León, Gallegos Lara, Milton Reyes, Rosa Paredes, los hermanos Tinoco, Jaime Hurtado, Washington Álvarez y tantos hombres y mujeres combatientes por la libertad, la soberanía y el auténtico cambio revolucionario hacia el socialismo, llenan, nutren las venas, las arterias, la sangre, huesos y mente de quienes, como escritores y artistas venimos luchando décadas por un arte para el cambio revolucionario; de quienes en este accionar hemos construido un arte y literaturas emancipadoras, populares y multiculturales armados de la fuerza mental y espiritual de líderes como Rafael Larrea Insuasti que recogieron la sabia del auténtico socialismo y contribuyeron a guiarnos y a comprometernos con la lucha libertaria de los trabajadores y los pueblos, con los oprimidos y su lucha emancipadora.
Estos días, vigorosos y combatientes por una parte, repudiables por las medidas adoptadas por el nuevo, prepotente y sibilino dictador de la oligarquía encaramado en Carondelet, son a la vez de seguridad y certeza en el presente y en el futuro: En el movimiento político y social que en las Tierras de la Mitad del Mundo seguirá avanzando en oleadas, crecerá y alcanzará nuevas victorias enfrentando la represión y la demagogia populista, movimiento que nos llevará a la conquista de un Gobierno Patriótico, Popular y Revolucionario.
¡A esta nueva forma de dominación de la burguesía criolla, los pueblos, los trabajadores, los hombres y mujeres de abajo, la juventud insurgente, la derrotaremos peleando sin ceder en todos los frentes!
Junto a quienes combaten están y estarán nuestras plumas, guitarras y voces, gargantas e instrumentos, pinceles y canciones, danzas y obras de literatura batalladoras.

ANTONIO GUERRERO DROUET
ESCRITOR Y POETA, MIEMBRO DE LA DIRECTIVA NACIONAL DE ARTISTAS POPULARES DEL ECUADOR: UNAPE
Noviembre 2010

   



No hay comentarios:

Publicar un comentario